TUMORES EN HÍGADO Y PÁNCREAS
Este es un tema de gran complejidad, podemos dividir a grandes rasgos las enfermedades del hígado y del páncreas en tumorales y no tumorales, a su vez dividir las no tumorales en agudas y crónicas, las tumorales en benignas y malignas.
En el caso del hígado las enfermedades no tumorales que en su mayoría son infecciosas, aunque están presentes las de otros orígenes o causas, como autoinmunes, metabólicas, por agresiones externas como medicamentos o alcohol.
Los tumores benignos, en su mayoría son asintomáticos, o no producen síntomas, y no requieren de ningún tipo de manejo, aunque excepcionalmente requieren de seguimiento, o en casos extremos en que el tumor alcanza un gran tamaño y produce dolor o algún tipo de disfunción requieren de cirugía o ser extirpados con la única intención de mejorar la calidad de vida de la persona.
Los tumores malignos del hígado mas frecuentes son el hepatocarcinoma que es propio de las células del hígado, el colangiocarcinoma que proviene de la vía biliar, la metástasis de carcinoma del colon. Aquí el contexto de la cirugía es otro, ya que no se trata solamente de mejorar la calidad de vida de la persona, si no, también se trata de aumentar la expectativa de vida de esta. En muchos casos es necesario complementar el manejo quirúrgico con algún tipo de terapia oncológica complementaria, de ahí la importancia del manejo multidisciplinar.
En el caso del páncreas los tumores benignos en gran parte podrían transformarse en tumores malignos, por lo que la indicación de cirugía es mas agresiva y mas frecuente que en el hígado. Respecto a los tumores malinos del páncreas, desafortunadamente, una gran mayoría son diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad, por esto es muy importante en la probabilidad de vida del paciente, que se haga un diagnostico y seguimiento temprano, porque la conducta en este tipo de tumores debe ser la mas rápida posible, una vez este el diagnostico esta instaurado y la persona estudiada.
Es muy importante aclarar que estas cirugías son complejas y que tienen riesgo de complicaciones y muerte, por lo que el equipo que este tratando a la persona siempre debe medir el riesgo vs el beneficio de la cirugía, y siempre el beneficio debe ser mayor al riesgo.